jueves, 5 de abril de 2012

JUEVES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Litany prayer

Jesús es el ungido del Señor, El es, en si mismo la buena noticia de los pobres, la liberación de los cautivos y la curación de los ciegos, cojos, sordos, mudos y la resurreccón de los muertos, en el se cumplen las palabras del profeta Isaías.


Jesucristo: Sumo y Eterno Sacerdote



El Padre de los Cielos ha constituido a Jesús

 sacerdote de la Alianza nueva y eterna y

 Jesús, con amor de hermano, ha elegido a

 hombres de entre el pueblo para que, por la

 imposición de las manos, participen de su

 sagrada misión. Estos elegidos y consagrados 

somos nosotros, sus sacerdotes.


“Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio

 de la redención
,
Preparan a tus hijos el banquete pascual,

Presiden a tu pueblo santo en el amor,

Lo alimentan con tu palabra

Y lo fortalecen con los sacramentos.

Tus sacerdotes, al entregar su vida por ti

Y por la salvación de los hermanos,

Van configurándose a Cristo, 

Y han de darte así testimonio constante de fidelidad

 y amor”


Ustedes serán llamados Sacerdotes del Señor

 ministros de nuestro Dios. Isaías 61, 6 y has

 hecho de nosotros un reino de sacerdotes 

para su Dios y Padre.  Apocalipsis 1, 7


Institución de la Eucaristía




Jesús dijo:  « Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre... el que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene una vida eterna... permanece en mi y yo en él » (Jn 6,51. 54.56).

La Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su Iglesia y
todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una vez por todas en la cruz
a su Padre; por medio de este  sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la
Iglesia.

Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. Juan 13, 34

 

«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?

 Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y 

decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el 

Maestro, os he lavado los pies, vosotros también 

debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he

 dado ejemplo, para que también vosotros hagáis 

como yo he hecho con vosotros».

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