jueves, 10 de marzo de 2011

Cuaresma 2011






 “Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón. Con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. Vuélvanse  al Señor Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia. Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje una bendición, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios. Del libro del profeta Joel.





"Promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan al pueblo, santifiquen la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los niños, aún a los niños de pecho". Profecía de Joel.

"Por tu inmensa compasión  y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo". Salmo 50



San Pablo nos exhorta: En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios.porque nos hace ver la gran misericordia que dios nos tiene otorgándonos un tiempo favorable para  escucharnos y en un día de  salvación para  socorrernos. Pues bien, ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de la salvación.



Jesús nos dice:“Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean".

"Cuando den limosna, no lo anuncien con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".






"Cuando ustedes hagan oración, no sean como lo hipócritas, a quienes les gusta orar de pié en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".


Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo le aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa  la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


En esta cuaresma no olvidemos el gran medio de la oración que nos permite encontrarnos con Dios, no olvidemos la mortificación a través del ayuno que nos concede morir a nosotros mismos para comenzar a vivir la vida  de la gracia que Dios nos concede, no olvidemos la caridad con la cual nos distinguimos que somos discípulos del Señor que es un Dios vivo.  

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